lunes, 17 de octubre de 2011

A fuego

YO NO SOY CARTELISTA, NUNCA LO HE SIDO

Entrevista con Germán Montalvo

Santiago Robles Bonfil
en colaboración con Karina Ruiz Ojeda

No sólo ha hecho carteles, entre su trabajo encontramos cerámica, joyería, muebles, escultura, diseño editorial, ilustración y una carrera como docente. Para Germán Montalvo (Veracruz, 1956), uno de los diseñadores mexicanos más destacados, el diseño gráfico es una idea armónica, inteligente; lo más importante es el proceso. A partir del diseño ejerce una postura crítica. Desde pequeño incursionó en el arte y el diseño, en 1970 ingresó al Instituto Nacional de Bellas Artes. Después estudió diseño gráfico en la Scuola del Libro, Società Umanitaria, en Milán, Italia. Y a su regreso a México, trabajó durante diez años en la Imprenta Madero, bajo la dirección de Vicente Rojo. Ha realizado diseños para varias instituciones culturales de México, como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y la Universidad Nacional Autónoma de México. Su trabajo ha sido premiado en México y en el extranjero. Actualmente es becario del Sistema Nacional de Creadores de Arte y miembro de la Alianza Gráfica Internacional (AGI).

En estas líneas, Germán Montalvo nos comparte su opinión sobre lo que representó la Imprenta Madero, las nuevas generaciones de diseñadores y su posición ante el estilo gráfico.


Logotipo de Vicente Rojo

La gente conoce bien la historia de la Imprenta Madero, pero nunca ha quedado claro por qué terminó. ¿Tuvo que ver la entrada de las computadoras como plataforma para diseñar? ¿O fue que cumplió un ciclo natural?

La Imprenta Madero comenzó en 1951, antes fue Librería Madero, que aún existe en la calle del Centro Histórico con ese nombre.[i] En 1981, con motivo de sus treinta años, se presentó en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México la exposición del trabajo de ese gran lugar, fundamental para las artes gráficas y el diseño. Esta empresa cumplió con un ciclo importante en el ámbito de la impresión y la gráfica cultural. La tecnología siempre estuvo presente en Imprenta Madero, fueron otros factores los que determinaron que ese lugar concluyera una etapa.


Exposición del Grupo Madero en el Museo de Arte Moderno, 1981

La Imprenta Madero fue un modelo de colaboración entre diseñador e imprenta en un mismo espacio, una escuela fuera de la academia, bajo la dirección de Vicente Rojo, dedicada así al ambiente artístico y cultural. ¿Qué condiciones tendrían que cumplirse hoy para que existieran imprentas que funcionaran bajo esta misma línea? ¿Resultaría apócrifa una iniciativa así en la actualidad?

Todos los diseñadores que trabajaron ahí estudiaron antes diseño o arte; de hecho, hubo colegas que estudiaron en escuelas tan célebres como la London College of Printing; en Italia, en Suiza, o en diferentes universidades de México, como en la Edinba. Cuando llegamos a trabajar ahí, la mayoría había tenido una experiencia escolar que contribuyó para que se diera un diálogo profesional y adecuado con los jefes de cada departamento. La edad promedio de los diseñadores que aprendimos de Vicente Rojo la congruencia tipográfica era de 22 años. Yo estuve diez años ahí.

Me parece que las condiciones para que exista un proyecto así ya no existen; ese lugar fue para los grandes promotores culturales la referencia para darle carácter a la difusión de sus eventos mediante el buen diseño. Tendría que haber promotores culturales que pensaran en el diseño como medio de difusión. Madero fue una empresa en la que el diseño formaba parte de todo el proceso, consciente de que había que trabajar al parejo en todas las áreas. 

Primera fila: Pablo Rulfo, Azul Morris, Vicente Rojo, Peggy Espinosa. Segunda fila: Rafael López Castro, Luis Almeida, Germán Montalvo, Bernardo Recamier, Efraín Herrera. 1988

A propósito de Vicente Rojo, el maestro cumple 80 años próximamente, ¿se está organizando algo al respecto?

Sí, se está preparando un homenaje.


Logotipo de Rafael López Castro

Hoy se cuenta con una oferta importante de universidades, congresos, concursos y conferencias en torno al diseño; hay un boom que empezó en nuestro país en los noventa, que ha derivado en la reciente publicación de por lo menos dos libros de historia del diseño gráfico mexicano. Usted que está en contacto con diseñadores de todas las edades constantemente, ¿considera que gracias a esta gran oferta y presencia del diseño en México debemos esperar generaciones de diseñadores talentosas e informadas?

Creo que sin duda son momentos diferentes en cuanto a información, cada vez hay más textos sobre el diseño mexicano y eso es importante, necesario. Con mayor información tendremos diseñadores más inteligentes, la palabra “talento” a veces la asociamos a ideas ocurrentes. No comparto las ocurrencias en el diseño, pues me parecen salidas fáciles. En México se da mucho ese fenómeno y creo que eso es diseñar para los propios diseñadores.





Además de diseñar carteles, libros, logotipos, ilustrar, usted también hace escultura, muebles y cerámica. ¿Cómo se vincula todo?

Para mí el diseño es una idea armónica, siempre lo he visto así.  La ciudad de Milán me hizo entender el diseño como una mística, que va más allá de hacer una cosa sin pensar en lo que está alrededor. Por cierto, yo no soy cartelista, nunca lo he sido, vivo de hacer lo que puedo en diseño: cerámica, joyería, clases, muebles, en fin, lo que me permite vivir. Estoy en contra de diseñar gratis un cartel para que mi trabajo se conozca, eso no me parece justo, ni para mí ni para los colegas. Quien crea que se puede vivir de diseñar carteles, que se olvide, eso no es cierto.
Gato con botas. Vajilla de cerámica. 2010

Mesa Pantone. Cristal Artesanal. 2007

Agenda BUAP

Aunque su trabajo tiene una amplia variedad técnica, su sello de dibujar figuras antropomorfas en color negro sobre fondo blanco es altamente reconocible. ¿Cuál es su posición ante el estilo gráfico?

Las imágenes negras vienen de mi relación con la tinta china. El estilo con el cual quisiera identificarme son las ideas inteligentes, pero eso siempre es lo más difícil.



¿Qué beneficios y qué compromisos adquiere como profesional un diseñador miembro de la Alianza Gráfica Internacional?

La AGI está bien, pero yo preguntaría si ellos tienen compromiso con la forma, el color, la identidad, la tierra y la imaginación latinoamericana. La AGI está atenta a lo que pasa en Europa Central, en Nueva York y a veces en Japón, pero no tiene interés por lo que puede pasar en San Agustín, Etla (Oaxaca), en Colombia o en Brasil, por ejemplo. Por eso mi compromiso con la AGI —o quien sea— siempre será de postura crítica.
Dos imágenes para la publicación que celebra los 50 años de AGI. Cada diseñador envió una imagen alusiva a su trabajo. La reunión se efectuó en 2001 en la ciudad de París.

¿En qué proyectos trabaja actualmente?

Me estoy abriendo paso en lo que pueda.


Nota del autor:

Uno de los primeros carteles que me conmovió y que recuerdo desde pequeño —lo vi por primera vez a los 10 u 11 años— es el que diseñó para Vicente Rojo, con las tijeras y la cinta. Lo veía pegado en una imprenta a la que me llevaba mi papá; desde entonces lo llevo grabado en la memoria. Es un gusto para mí que haya compartido sus puntos de vista para Nota al pie. Gracias.
Diseño de Germán Montalvo



[i] Calle Madero 12B, col. Centro, C.P. 6000, México, D.F.

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